Introducción: Comprender la creación y la realidad
Cuando escuchamos que Dios es el creador parece una idea sencilla, pero ¿qué significa realmente? ¿Qué es la creación y qué constituye exactamente la realidad? El concepto de creación divina va mucho más allá de los objetos físicos que podemos tocar y ver. En esta exploración, nos sumergimos en la doctrina de la creación, examinando qué «cosas» existen y cómo se relacionan con el papel de Dios como fuente de toda existencia.
La doctrina de la creación: el papel de Dios como fuente de la realidad
En esencia, la doctrina de la creación afirma que Dios es la fuente de toda realidad fuera de Él mismo. Todo lo que existe, desde el mundo físico tangible hasta los reinos intangibles de las realidades espirituales y abstractas, debe su existencia a Dios. Dios no simplemente dio forma o modificó los materiales existentes, sino que creó todo. Esto incluye todos los objetos físicos, el tiempo, el espacio, los seres espirituales como los ángeles e incluso los conceptos abstractos, si existen.
Realidad física: ¿qué existe en el mundo material?
La parte más obvia de la realidad es el universo físico, formado por todos los objetos concretos que encontramos. Esto incluye todo, desde las partículas más pequeñas hasta las galaxias más grandes. También abarca el espacio y el tiempo, el marco dentro del cual existe y opera la materia física. Según la doctrina de la creación, estos elementos de la realidad física no siempre han existido. Fueron creados por Dios en un momento específico. Esto significa que el universo no es eterno; tuvo un comienzo, y ese comienzo está arraigado en el poder creativo de Dios.
Objetos abstractos: ¿existen realmente los números y la lógica?
Un aspecto interesante de la discusión sobre la creación es la existencia de objetos abstractos. Estos incluyen cosas como números, proposiciones e incluso operaciones lógicas. ¿Existen estas cosas independientemente del mundo físico o son simplemente construcciones humanas? Algunos filósofos sostienen que los objetos abstractos son reales y existen en un ámbito más allá del espacio físico. Si ese es el caso, ¿cómo encajan en la doctrina de la creación?
Muchos teólogos proponen que los objetos abstractos, como los números y la lógica, se basan en la mente misma de Dios. Desde este punto de vista, los números, las verdades matemáticas y las operaciones lógicas no son entidades separadas e independientes, sino más bien expresiones de la naturaleza racional de Dios. Existen porque Dios existe y reflejan el orden y la coherencia de la mente de Dios.
Entidades ficticias: El caso de Sherlock Holmes
¿Qué pasa con las entidades ficticias, como Sherlock Holmes o personajes de cuentos? ¿»existen» en algún sentido? En este caso, la respuesta es diferente. Las entidades ficticias no existen en la realidad: son creaciones de la imaginación humana. Sin embargo, algunos filósofos sostienen que incluso estas creaciones pueden considerarse objetos abstractos. Esto plantea preguntas sobre los límites de la existencia y lo que se considera «real».
En su mayor parte, se entiende que entidades ficticias como Sherlock Holmes no existen en ningún sentido significativo. Existen sólo como ideas en la mente humana y no tienen una realidad independiente fuera de las historias que las crearon.
Realidades espirituales: más allá del mundo físico
Más allá de los reinos físico y abstracto, también existe el concepto de realidad espiritual. Esto incluye entidades como ángeles y otros seres espirituales que se cree que existen fuera del universo físico. Estas realidades espirituales son parte de «todo lo demás» que Dios creó. Existen en un modo de ser diferente al de los objetos físicos, pero siguen siendo parte de la estructura general de la realidad que depende de Dios para su existencia.
Al igual que los objetos físicos, las entidades espirituales fueron creadas por Dios en un momento específico. No son eternos y su existencia depende de la voluntad creativa de Dios. Esto resalta la idea de que todo, ya sea físico, espiritual o abstracto, debe su ser a Dios y existe porque Él lo creó.
Causalidad y Lógica: Basados en Dios
La causalidad y la lógica son aspectos fundamentales de cómo entendemos el mundo. Cada evento en el universo parece ser el resultado de una causa, y la lógica es el marco que utilizamos para dar sentido a las relaciones entre ideas. En el contexto de la doctrina de la creación, se considera que tanto la causalidad como la lógica están basadas en la mente de Dios.
La lógica, por ejemplo, no es una fuerza independiente sino que refleja la naturaleza racional de Dios. Las leyes de la lógica, como la ley de no contradicción, son expresiones de cómo Dios ordena la realidad. De manera similar, la causalidad (el principio de que todo efecto tiene una causa) surge del papel de Dios como causa última de todas las cosas. El acto creativo de Dios es la causa original, y cualquier otra relación de causa y efecto en el universo es una extensión de ese primer acto creativo.
La creación como concepto temporal
Uno de los aspectos más importantes de la doctrina de la creación es su conexión con el tiempo. El acto de creación implica que el universo y todo lo que hay en él tuvo un comienzo específico. Éste es un punto clave que a menudo se malinterpreta. La creación no se trata sólo de la dependencia de Dios, sino también del hecho de que las cosas nacieron en un momento particular. El universo, los seres espirituales y los conceptos abstractos comenzaron a existir porque Dios quiso que existieran.
Esta visión contradice la noción de un universo eterno, donde el tiempo, el espacio y la materia siempre han existido. En cambio, el tiempo mismo es parte del orden creado y Dios, como creador, existe fuera del tiempo. Él inició el tiempo cuando creó el universo.
Conclusión: El papel de Dios en la totalidad de la existencia
Al explorar qué cosas existen realmente, vemos que la doctrina de la creación abarca todos los aspectos de la realidad. Dios es la fuente de todo lo que está fuera de Él mismo: objetos físicos, conceptos abstractos y seres espirituales por igual. Desde la galaxia más grande hasta la más pequeña, todo existe porque Dios lo creó. Las entidades ficticias, como Sherlock Holmes, no existen realmente, y los objetos abstractos como los números y la lógica son reflejos de la naturaleza racional de Dios.
La creación es inherentemente un concepto temporal, y todas las cosas comienzan en un momento específico a través de la voluntad creativa de Dios. El universo físico, las realidades espirituales y el marco de la lógica y la causalidad están todos arraigados en el acto creativo de Dios. Esta comprensión profundiza nuestro aprecio por la inmensidad de lo que Dios ha hecho y resalta la profunda relación entre la creación y el tiempo.
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